Será estudiado en diciembre de 2025 por sondas de la NASA y la ESA; podría aportar claves inéditas sobre la historia de la galaxia
02/09/2025 22:59 — NacionalEl hallazgo del cometa 3I/ATLAS ha generado una enorme expectativa en la comunidad científica internacional. Descubierto el 1° de julio de 2025 por el sistema de telescopios ATLAS, este objeto no es un cometa cualquiera: se trata de un cuerpo interestelar que habría nacido hace más de 7.000 millones de años, mucho antes de la formación del Sol y de la Tierra.
Su paso por el sistema solar, previsto para diciembre de 2025, ofrecerá una oportunidad única para estudiar de cerca un fragmento de la historia primitiva de la galaxia. Astrónomos lo describen como un “refrigerador cósmico”, capaz de conservar información sobre las primeras etapas de la Vía Láctea.
Los expertos creen que 3I/ATLAS proviene del “disco grueso” de la Vía Láctea, una región donde se formaron las estrellas más antiguas. Por esa razón, su análisis podría revelar cómo se originaron los elementos que dieron lugar a planetas como la Tierra.
A diferencia de otros cometas visibles desde la Tierra, este no podrá observarse a simple vista. Cuando pase cerca del Sol estará oculto desde nuestro planeta, por lo que el trabajo de observación recaerá en distintas sondas espaciales distribuidas en el sistema solar.
Entre las misiones mejor posicionadas para estudiar al cometa están la sonda Psyche de la NASA y JUICE de la Agencia Espacial Europea, además de orbitadores que actualmente operan en Marte como Mars Reconnaissance Orbiter, Tianwen-1 y Hope. Estas naves estarán mucho más cerca del objeto, a distancias de apenas 29 millones de kilómetros, frente a los 269 millones que separarán al cometa de la Tierra.
Otras misiones como SOHO, Parker Solar Probe y PUNCH seguirán su recorrido desde posiciones más alejadas, pero aportarán datos complementarios sobre su interacción con el viento solar.
Los especialistas no descartan que el paso de 3I/ATLAS deje fragmentos en su recorrido. De ser así, podrían generarse lluvias de meteoros en las órbitas de Marte y la Tierra, o incluso la posibilidad de recolectar material residual para analizar su composición.
Hasta hace pocos años, la humanidad carecía de la tecnología necesaria para identificar visitantes de otros sistemas estelares. Con telescopios como ATLAS y el futuro Observatorio Vera Rubin, se espera detectar más objetos de este tipo, aunque los científicos insisten en que siguen siendo extremadamente raros.
Cada hallazgo amplía la comprensión sobre los orígenes del sistema solar, ayuda a prever posibles amenazas y perfecciona las técnicas para explorar asteroides y cometas en futuras misiones tripuladas.
El paso de 3I/ATLAS, que no volverá a repetirse en el corto plazo, marcará un hito científico. Para los astrónomos, representa una ventana abierta hacia los primeros capítulos de la historia galáctica y una oportunidad irrepetible para desentrañar secretos del universo que aún permanecen ocultos.