LA ECONOMÍA QUE NO SALE EN LOS NOTICIEROS Y EL MILAGRO DEL PAN

A estas alturas de la vida, uno enciende la televisión y escucha a los expertos en economía pontificar con gráficos en mano. Nos explican por qué el mundo se está acabando, que la inflación es un monstruo y que la única inversión inteligente es un 'ETF' o un 'futuro de no sé qué'. Y uno asiente, por supuesto, porque suena tan serio. Pero la verdad, la verdadera economía, esa que te da de comer y que huele a pan, se cuece en otro lado.

Mientras los gurús del 'análisis financiero' nos recomiendan guardar el dinero debajo del colchón, hay un grupo de verdaderos héroes anónimos que se niegan a escuchar. Son los que miran un local vacío y no ven una oportunidad de liquidación, sino la posibilidad de una panadería. En plena crisis, cuando el sentido común dictaría cerrar la billetera con candado, estos locos se animan a poner una disco pub. O una pollería, o un gimnasio. Son, en esencia, los únicos que le están ganando a la 'lógica del mercado'.

A ellos no les importa si el dólar sube o si la tasa de interés se dispara. Su plan de negocios no tiene diapositivas ni proyecciones a cinco años. Su plan es más simple y, por eso, más valiente: abrir las puertas, encender las luces y trabajar. Ellos entienden que la gente siempre va a necesitar comer pan fresco, sudar un poco para sentirse bien, o simplemente bailar y olvidarse de los problemas por una noche. Invierten en algo tan primitivo y poderoso como la esperanza.

Así que, la próxima vez que escuchen a un experto en televisión decir que el futuro es incierto, piensen en el gimnasio de la esquina. El que acaba de abrir. Piensen en el dueño de esa panadería que se levantó a las 4 de la mañana para tener el pan caliente. Porque mientras los analistas debaten, ellos ya están construyendo el futuro, uno que, aunque no salga en la bolsa, sí sale en la vida de todos. Y ese, créanme, es un dividendo mucho más valioso.

Aplaudan señores y no dejen de aplaudir, que todavía hay locos que se animan a invertir…