El tribunal lo halló culpable de aceptar sobornos por 38 millones de dólares. Podría conmutarse a cadena perpetua si coopera y mantiene buena conducta.
29/09/2025 11:02 — InternacionalEl exministro de Agricultura y Asuntos Rurales de China, Tang Renjian (2020-2024), fue condenado este domingo a pena de muerte suspendida durante dos años por el delito de aceptar “enormes sobornos”, según informó la agencia oficial Xinhua.
Este tipo de sentencia es habitual en casos de corrupción en el gigante asiático. Implica que, si el condenado no comete nuevos delitos y mantiene un buen comportamiento durante el periodo de suspensión, la pena puede ser conmutada a cadena perpetua.
El fallo fue emitido por un tribunal de la ciudad nororiental de Changchun, que determinó que entre 2007 y 2024 Tang se aprovechó de sus cargos públicos para favorecer a terceros en negocios, licitaciones y concursos laborales, recibiendo a cambio dinero y bienes por un valor equivalente a 38 millones de dólares.
Además, la sentencia establece que todas sus propiedades personales serán confiscadas y que las ganancias ilegales obtenidas de los sobornos deberán ser recuperadas para el Estado.
“Los delitos de Tang supusieron graves daños para los intereses del Estado y el pueblo, haciéndole merecedor de la pena de muerte. Sin embargo, teniendo en cuenta su cooperación, su confesión y la devolución de los fondos, el tribunal ofreció clemencia”, señaló el comunicado difundido por Xinhua.
Durante el proceso, Tang se declaró culpable y expresó remordimiento en su alegato final.
Tang se encontraba bajo investigación disciplinaria desde mayo de 2024 y en noviembre fue expulsado del Partido Comunista de China (PCCh) por “graves violaciones disciplinarias” y “aceptación de sobornos”. Posteriormente, fue detenido de manera formal.
Los organismos anticorrupción lo acusaban además de ser “ineficaz en la implementación de decisiones”, de actuar “a ciegas”, de tener una conducta “moralmente corrompida” y de mostrar “codicia desenfrenada”.
Su destitución lo convirtió en el tercer ministro chino removido en poco más de un año. En 2023 habían sido apartados el canciller Qin Gang y el ministro de Defensa Li Shangfu, ambos también acusados de corrupción.
Desde su llegada al poder en 2012, el presidente Xi Jinping impulsó una masiva campaña anticorrupción, considerada uno de los ejes de su gestión.
Si bien permitió destapar sobornos millonarios y conductas ilícitas dentro del aparato estatal y del PCCh, críticos señalan que también se ha utilizado como herramienta para desplazar a rivales políticos del actual liderazgo chino.