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La visita a Buenos Aires del canciller israelí Gideon Sa’ar profundizó el alineamiento geopolítico entre la Argentina de Javier Milei, el Estados Unidos de Donald Trump e Israel, encabezado por Benjamin Netanyahu. El viaje selló el compromiso definitivo para trasladar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén y abrió el camino para una nueva etapa de cooperación económica, inversiones y conectividad aérea.
El traslado diplomático —una decisión que contradice a la amplia mayoría de los países de la ONU— se concretará en el otoño de 2026, aunque Sa’ar adelantó que podría efectivizarse antes, entre abril y mayo, con la presencia del presidente Milei. Previamente, el canciller argentino Pablo Quirno viajará a Israel en febrero para ultimar los detalles.
“La embajada de la Argentina en Jerusalén será inaugurada el año que viene con mi presencia”, reiteró Milei al recibir a la delegación israelí, según la Agencia Judía de Noticias (AJN).
En el Foro Económico Argentino-Israelí, realizado en el Palacio Libertad, Sa’ar fue aún más concreto: “Vamos a tener al presidente Milei en abril o mayo para abrir la embajada en Jerusalén”.
El significado diplomático de la mudanza
La decisión de mudar la embajada es significativa y polémica. Solo cinco países —Paraguay, Estados Unidos, Honduras, Guatemala y Papúa Nueva Guinea— mantienen sus embajadas en Jerusalén. Argentina será el sexto.
La comunidad internacional mantiene sus sedes diplomáticas en Tel Aviv, para evitar pronunciarse sobre la disputa por la soberanía de Jerusalén, especialmente su sector Este, controlado por Israel desde 1967 y no reconocido por la ONU.
El Estado Palestino, reconocido por 157 países —incluida la Argentina desde 2010—, también reclama la ciudad como su capital.
La mudanza implica, por tanto, un pleno alineamiento con la posición israelí en un contexto atravesado por el conflicto con Hamas y sin avances concretos hacia la creación de un Estado palestino, pese al plan de paz impulsado por Trump.
Aunque el gobierno de Milei mantiene formalmente el reconocimiento argentino del Estado palestino, se ha alineado sistemáticamente con Estados Unidos e Israel en las votaciones de la ONU.
Más comercio, inversiones y una ruta aérea directa
La visita del canciller israelí también dejó avances en materia económica. Se anunció el inicio del proceso para abrir una ruta aérea directa entre Buenos Aires y Tel Aviv, que estaría a cargo de la aerolínea El Al. “Estamos avanzando en la etapa de apertura”, dijo Sa’ar, quien anticipó novedades “en los próximos meses”.
En paralelo, se realizó un foro económico que reunió a 11 empresas israelíes y más de 50 argentinas, enfocadas en energía, finanzas, tecnología aplicada e industria. Allí se firmó un acuerdo marco de cooperación entre la Unión Industrial Argentina (UIA) y su contraparte israelí.
“Argentina ha estado en las horas más oscuras junto a Israel. Esto no será olvidado”, expresó Sa’ar durante su discurso, donde también proyectó un incremento del comercio bilateral: “Queremos aumentar drásticamente nuestras inversiones en la Argentina y reforzar nuestras importaciones”.
Israel es hoy el segundo destino más importante de la carne argentina —especialmente carne kosher— después de China. En tanto, Israel exporta al país tecnología, software y soluciones industriales.
Una alianza estratégica en ascenso
Con la confirmación de la mudanza de la embajada, la apertura de una ruta aérea y una agenda económica en expansión, el gobierno argentino consolida su triangulación geopolítica con Israel y Estados Unidos, un vínculo que Milei considera central en su estrategia internacional.
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