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Editorial | Tinogasta y el eterno laberinto de la vivienda: dudas, favoritismos y política

La publicación de la nómina de los postulantes a las 90 viviendas en Tinogasta —correspondiente a los concursos de precio de 2021— volvió a desnudar un problema que la comunidad arrastra desde hace más de dos décadas: el acceso desigual y, en muchos casos

24/09/2025 11:22 — Local
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La mañana en la 93.3 Radio King fue un termómetro social. Bastó que el locutor leyera la lista oficial para que se desatara una catarata de llamados y mensajes de vecinos indignados. La queja más repetida: de las 90 viviendas, 88 estarían destinadas a mujeres. Un dato que no solo sorprende, sino que alimenta las sospechas sobre criterios discrecionales de selección.

Pero hay más: la mayoría de las beneficiarias serían empleadas municipales. Un detalle nada menor en tiempos de campaña política, donde el fantasma del clientelismo nunca deja de merodear. No son pocos los que señalan que las viviendas terminan convertidas en moneda de cambio electoral, un botín más dentro de la maquinaria del poder local.

El tercer punto que encendió las alarmas es la capacidad de pago. Según datos oficiales, la cuota de cada vivienda rondaría los 150 mil pesos. La pregunta se impone sola: ¿cómo hará un trabajador municipal, cuyo sueldo difícilmente supere los 600 mil pesos, para sostener semejante carga mensual sin resignar alimentos, servicios o transporte? La matemática es cruel: la mitad del salario se iría en la cuota. ¿Es este un plan de vivienda o un callejón sin salida para quienes sueñan con su casa propia?

Todo esto ocurre en un contexto de frustración acumulada. Hay familias que llevan más de 20 años esperando una oportunidad en planes habitacionales que parecen nunca llegar o, cuando llegan, terminan bajo la sombra de favoritismos y manejos poco transparentes.

El Instituto Provincial de la Vivienda fijó el 26 de septiembre como fecha límite para presentar impugnaciones. Una instancia que, más allá del procedimiento administrativo, se presenta como la única vía para que la sociedad exprese sus dudas y denuncias.

La vivienda es un derecho básico, no un privilegio selectivo ni un recurso de campaña. En Tinogasta, la comunidad no pide milagros: pide transparencia, equidad y reglas claras. Y, sobre todo, que los sueños de tantos vecinos postergados no sigan hipotecados por la política de siempre.

Cabe resaltar que, entre las denuncias de los oyentes, circula un hecho aún más delicado: tiempo atrás, vecinos denunciaron que durante un fin de semana se vio a personas retirando mobiliario de las viviendas. Según los testimonios, un camión de una firma local y una persona de apellido Zárate, que trabajaría en el IPV, habrían participado de esa maniobra...

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