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¿Y ahora qué, River?

Tras la eliminación de la Copa Libertadores a manos de Palmeiras, el equipo de Gallardo encara el desafío de reponerse con dos frentes abiertos: torneo local y Copa Argentina. Pero nada tendrá el mismo sabor.

24/09/2025 23:34 — Nacional
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El golpe en San Pablo dejó a River atrapado, otra vez, en ese efecto “Juego de la Oca”: la sensación de retroceder al primer casillero. La eliminación frente a Palmeiras no sólo clausuró el gran objetivo de la temporada, la Copa Libertadores, sino que abrió interrogantes sobre el presente y futuro de un plantel que deberá recomponerse de inmediato.

Porque el fútbol no ofrece tregua. El domingo, en un Monumental cargado de clima, River recibirá a Riestra, una de las sorpresas del campeonato. Será el primer examen para medir la reacción de un equipo que necesita reiniciarse a la velocidad de la luz, con la clasificación a la Libertadores 2026, el torneo y la Copa Argentina todavía en disputa.

Un mata-mata con sabor a final

El calendario pone en el horizonte a Racing en la Copa Argentina. No será un duelo cualquiera: la herida por el caso Salas aún late en Avellaneda y el equipo de Gustavo Costas llega con confianza. Para River, la obligación es doble: restablecer su fortaleza mental y demostrar que todavía tiene fuego competitivo tras el mazazo copero.

Lo que está en juego

Más allá de resultados inmediatos, la caída en Libertadores obliga a un balance profundo. ¿Alcanzó la reoxigenación que Gallardo buscaba con la mixtura de históricos y refuerzos millonarios? ¿Se justificaron las inversiones de un plantel que, hasta ahora, perdió la final de la Supercopa con Talleres, cayó ante Platense en dos cruces directos y apenas superó a Ciudad de Bolívar en Copa Argentina?

La respuesta marcará el rumbo de figuras como Enzo Pérez, Nacho Fernández o Milton Casco, que deberán definir su futuro. También el pulso de un mercado que dejó más dudas que certezas.

Entre la frustración y la esperanza

Lo que logre River de aquí a diciembre quedará inevitablemente filtrado por la eliminación frente a Palmeiras. Un título sería consuelo, pero no comparará con la gloria continental. Y otro traspié multiplicará las dudas.

River, entonces, está ante un desafío existencial: salir del pantano emocional y avanzar casilleros. Lanzar otra vez los dados, con la ilusión intacta pero la mochila más pesada.

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