El fútbol argentino despide a una de sus figuras más queridas y respetadas. A los 69 años, falleció Miguel Ángel Russo, actual entrenador de Boca Juniors, quien se encontraba bajo internación domiciliaria producto de un delicado cuadro de salud.
08/10/2025 22:13 — NacionalSu último partido como técnico fue el 21 de septiembre, en el empate 2-2 ante Central Córdoba en La Bombonera. Horas después, su estado se complicó y fue hospitalizado varias veces, hasta que finalmente su salud no resistió más.
Russo, quien había regresado al Xeneize a mediados de este año en su tercera etapa al frente del club, venía batallando desde 2017 contra un cáncer de vejiga y un tumor en la próstata, enfermedades que enfrentó con el mismo temple con el que dirigía: en silencio, con trabajo y esperanza.
A lo largo de su carrera, Miguel Russo fue sinónimo de resiliencia, profesionalismo y amor por el fútbol. Desde sus días como jugador en Estudiantes de La Plata, donde disputó más de 400 partidos, hasta su consagración como entrenador campeón de la Copa Libertadores 2007 con Boca, siempre se distinguió por su compromiso y humildad.
En el último tiempo, su enfermedad se agravó, aunque nunca perdió el contacto con su equipo. “Miguel está con nosotros, siempre presente, siempre al tanto de todo lo que hacemos”, había dicho hace pocos días su ayudante Claudio Úbeda, tras la goleada 5-0 ante Newell’s.
Russo fue un entrenador histórico del fútbol sudamericano, con pasos por Vélez, Rosario Central, San Lorenzo, Millonarios de Colombia, Cerro Porteño, Alianza Lima y Al-Nassr, entre muchos otros. Dirigió más de mil partidos oficiales y levantó 12 títulos como técnico.
Su carácter, su serenidad y su entrega al fútbol lo convirtieron en una figura admirada incluso por sus rivales. “No le tuve miedo a la muerte, solo pensé que me faltaba mucho por hacer todavía”, había dicho años atrás.
Hoy, el fútbol argentino llora la partida de un hombre que vivió y murió por su pasión.
Miguel Ángel Russo deja una huella imborrable, tanto en las canchas como en el corazón de quienes lo conocieron.