Boca goleó a Newell’s, alcanzó la cima de la Zona A y regresó a los puestos de Libertadores

Boca Juniors tuvo una noche perfecta en La Bombonera. Con una actuación colectiva de alto nivel, goleó 5 a 0 a Newell’s Old Boys y alcanzó la cima de la Zona A de la Copa de la Liga Profesional, además de regresar a puestos de clasificación a la Copa Libertadores. El equipo dirigido interinamente por Claudio Úbeda mostró una versión convincente, con dominio territorial, precisión en el mediocampo y una efectividad ofensiva que no había logrado sostener en fechas anteriores.

El encuentro se definió rápidamente. A los seis minutos del primer tiempo, Milton Giménez abrió el marcador con una palomita tras un centro de Juan Barinaga, y desde ese momento el conjunto local tomó el control absoluto del juego. La presión alta, la circulación de la pelota y la solidez en el mediocampo marcaron la diferencia ante un rival que nunca encontró respuestas.

Paredes, el eje del nuevo Boca

El rendimiento del equipo tuvo un punto de equilibrio claro: Leandro Paredes. El mediocampista central fue el conductor del juego, dictando los tiempos y garantizando la distribución precisa que permitió al Xeneize adueñarse del partido. Su sociedad con Alan Velasco —de gran actuación— y la participación activa de Barinaga por la banda derecha le dieron fluidez y profundidad al equipo.

Paredes fue, una vez más, el sostén táctico y emocional del mediocampo. Su estilo pausado, de elaboración paciente y precisión quirúrgica, permitió que Boca jugara casi todo el partido en campo rival. Con el acompañamiento de un doble cinco y el aporte de los extremos, el mediocampista consiguió transformar la estructura del equipo, que mostró su mejor versión en lo que va del torneo.

Superioridad sin resistencia

La diferencia futbolística fue tan amplia como el resultado. Newell’s no consiguió sostener la marca ni generar respuestas tras los primeros goles. Milton Giménez, figura de la noche, amplió el marcador antes del descanso, y en la segunda mitad Ayrton Costa y Lautaro Blanco completaron la goleada, que incluso pudo haber sido más abultada.

El arquero visitante, Williams Espíndola, tuvo una noche difícil, superado por la precisión de los remates locales y los desajustes defensivos de su equipo. Boca aprovechó cada espacio y cada balón dividido, mostrando una contundencia que le había faltado en los últimos encuentros.

Una actuación que invita a creer

Con este triunfo, Boca no solo recuperó terreno en la tabla, sino también confianza y funcionamiento colectivo. La contundencia ofensiva, la solidez defensiva y el liderazgo de Paredes marcaron un punto de inflexión para un plantel que busca estabilidad de cara a los compromisos decisivos.

De cara al próximo partido frente a Barracas Central, el desafío será sostener el nivel mostrado y confirmar que lo ocurrido ante Newell’s no fue un episodio aislado. En el horizonte inmediato también aparece el Superclásico, donde el equipo tendrá la oportunidad de consolidar su crecimiento y confirmar su candidatura a pelear por el título y la clasificación continental.

El envión anímico es innegable. Boca volvió a ser protagonista, dominó de principio a fin y se fue ovacionado por su gente. Ahora, con la cima a la vista, el reto será mantener el paso y transformar esta actuación en el punto de partida de una etapa más consistente.